Unos días atrás, escuché esta
frase en boca de una amiga: “No lo sé hacer, soy tonta”. Me dolió mucho,
porqué, en algún momento de mi vida, yo también he reaccionado igual que ella.
He pensado: “Si no sé resolver un problema, arreglar una situación, con los
resultados esperados, entonces es que hay algo en mí que no está bien, que no
está a la altura.”
¿Hace falta que te diga que es
una suposición falsa? Cuando te enfrentas con una situación X (responder a una
pregunta en una reunión de trabajo, arreglar un electrodoméstico, bajar un
archivo del ordenador, instalar un programa nuevo en tu teléfono, elaborar una
receta de cocina, etc.) y no obtienes el resultado esperado, no quiere decir
que seas tonta, torpe y que no sirves para nada. Sólo quiere decir que tienes
que aprender a hacerlo. Y eso conlleva voluntad, tiempo, conocimientos y
práctica.
Voluntad: quizás decidas que no
quieres aprender. Que es más fácil, cómodo y práctico llamar a un técnico y que
arregle el aparato de aire acondicionado o a una amiga que ya sabe instalar el
programa en tu ordenador. Es tu decisión. No hay una opción mejor que otra, ni
un camino peor que el otro.
Tiempo: tanto si decides
resolverlo por ti misma como si tienes que pedir ayuda (gratuita o profesional)
necesitas tiempo. En el primer caso, para aprender los conocimientos necesarios
(aunque te lleve diez minutos) y ponerlos en práctica. En el segundo caso,
tiempo y paciencia para encontrar a la persona adecuada, que además esté
disponible y que quiera hacerlo.
Conocimientos: nadie nace
enseñado (¿te suena?) Nacemos con las capacidades necesarias (biológicas y
mentales) para aprender. Si ya tienes voluntad y tiempo, ahora viene esa etapa
(breve o larga) de estudio y aprendizaje. Por experiencia, si el problema en
cuestión es un reto que te mueve por dentro, este período es muy gratificante.
Práctica: la voluntad, el tiempo
y los conocimientos no son garantía inmediata de nada. La práctica (otra vez
volvemos al tiempo) es lo que hace el oficio, las maneras, profundizar en la
enseñanza, en la experiencia… y obtener unos resultados mejores en calidad y
cantidad. Pero antes de esta meta, pueden llegar decepciones, dudas, tropiezos…
Otra vez, el tiempo sumado a la voluntad para no tirar la toalla.
El meollo del asunto es muy simple, casi un mantra. Recuerda: "Si no sabes hacerlo es que aún no lo has aprendido". Busca el camino y lo encontrarás.