miércoles, 7 de noviembre de 2012

Agradecer (o el poder del sentimiento)


agradecer.
(De gradecer).
1. tr. Sentir gratitud.
2. tr. Mostrar gratitud o dar gracias.

gratitud.
(Del lat. gratitūdo).
1. f. Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

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Las flores son tan hermosas porque son agradecidas. La rosa es rosa; el clavel, clavel, el tulipán, tulipán, el geranio, geranio... y todas, con las mínimas condiciones de luz, sol y agua, florecen a la vida siendo quiénes son, sin pretender nada más y disfrutando de ello. Se muestran confiadas y seguras, logrando el máximo esplendor que son capaces de conseguir en su medio. 

Las podemos encontrar en un solar abandonado, entre escombros, en los peñascos más altos de una montaña, en el desierto... Incluso hay árboles que florecen tras un tsunami dando esperanzas a todo un pueblo.

Y todo esto... ¿sólo por demostrar agradecimiento? Pues sí.

Agradecer, en primer lugar, por la vida. Sentir el latido en las venas, el calor en la piel, las diferencias de temperatura en el rostro, el aire en el cabello, el sólo hecho de respirar y mover nuestro cuerpo ...

En segundo lugar, agradecernos la oportunidad que nos brindamos al vivir experiencias enriquecedoras. Acontecimientos de todo tipo (unos catalogados como positivos y otros como negativos) que nos ayudan a avanzar, a progresar, a sacar nuestros recursos. Si no nos permitimos vivir, explorar todos estas circunstancias potenciadoras y, por pereza, miedo o comodidad, nos situamos en la "franja segura" tendremos la sensación que no vivimos. La percepción que todo es lo mismo, que nunca pasa nada, que siempre estamos a la espera. 

Agradecer a los demás, a los amigos y a los desconocidos. Agradecer por los actos que, a primera vista, nos favorecen y por los que juegan a nuestra contra. Todos ellos nos permiten llegar a ser quienes estamos destinados a Ser. No los desechemos, no los descartemos como fruta podrida. Hagamos tarros de mermeladas con ella. Seamos creativos, constructivos con nuestra existencia. Nuestra vida consiste, simplemente, en esto: Vivir. Y vivir es experimentar toda clase de acontecimiento. 

Agradecer de acto y de palabra. Expresemos de forma verbal y no verbal. Retomemos la costumbre de "dar las gracias" a quien, por ejemplo, nos sostiene la puerta al pasar en el metro. Pero también agradezcamos sosteniendo, a su vez, la misma puerta a la siguiente persona que viene tras nosotros. Puede parecer simple, pero no es banal. Es un hábito de conducta. Si tenemos la costumbre de ser agradecidos con los demás, poco a poco, lo seremos con nosotros mismos. 

Agradecer de corazón, con autenticidad. Todo lo anterior no nos sirve si son actos y pensamientos intelectuales, automáticos, por querer quedar bien, o porque son un ejercicio más de inteligencia emocional. ¿Cómo se agradece de corazón? Conectando con nuestro interior. Paso a paso. Empieza por preguntarte: ¿por qué estoy agradecido? Escúchate. En silencio, en pequeño... al principio, será un susurro, pero tu voz interior hablará. Cuando lo haga, dale las ...

... Gracias. 




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