¿Qué nos aporta el Teatro?

El Teatro es fuente de vida. Concebido así, se convierte en una herramienta de movimiento, de acción, de desarrollo personal y profesional. Tanto si aspiramos a ser actores como si únicamente pretendemos beneficiarnos de su práctica, no nos defrauda.

¿Cómo puede ser que consigamos resultados concretos y tangibles a través de las prácticas teatrales? Porque el instrumento que utilizamos para dichos ejercicios somos nosotros mismos: nuestro cuerpo, nuestra voz, nuestras emociones. Nos convertimos en el violín en manos del músico. Aunque parezca un truco de magia, en realidad, es más sencillo de lo que parece. Utilizamos el Teatro de forma lúdica, personal (cada individuo trabaja con sus habilidades para fortalecer sus carencias) y grupal (siempre nos vinculamos con el resto de los compañeros, re-alimentándonos en ese proceso de desarrollo).

Los ejercicios teatrales nos permiten adquirir conocimientos (sociales, emocionales, intelectuales, corporales…) que nos llevan a sentirnos mejor con nosotros mismos, a evolucionar como personales y como profesionales. ¿Alguien da más por menos?