lunes, 14 de mayo de 2012

Quiérete mucho y bien.





“Y esto… ¿cómo se hace?, ¿cómo puedo quererme, valorarme?” Me comenta una mujer deportista, profesora de secundaria, amante del teatro,  amiga de sus amigos, excelente compañera…

“Del mismo modo que lo harías con cualquier otra persona” respondo.

¿Por qué supones que enamorarte a ti misma, quererte, apreciarte… conlleva otras acciones diferentes? ¿Qué haces cuándo quieres a otro ser (sea madre, hijo, amante, esposa, amigo…)?

Se me ocurren varias opciones:

 - Le apoyamos en sus proyectos. Sí, también le aconsejamos sobre peligros e incertidumbres pero, en definitiva, le respaldamos en sus elecciones.
-  Le sonreímos, se nos ilumina la mirada cuando le vemos.
-   Valoramos el tiempo que pasamos con nuestro “amor”.
-  Expresamos abiertamente que le “queremos” (te quiero, te amo, me gustas, eres importante en mi vida)
- Le obsequiamos con pequeños/grandes detalles que sabemos va a apreciar (una flor, un perfume, un libro, una comida, un paseo, un chiste…)
 Le preguntamos cómo se encuentra (desilusionado, inspirado, abatido, feliz…)
Le escuchamos de corazón (no sólo escuchamos lo que dice, también lo que calla, lo que expresan sus gestos y sus acciones)
- Destacamos sus condiciones positivas (habilidades, facultades, dones, capacidades… un mundo por desarrollar) por encima de las negativas (hábitos y costumbres adquiridos que se pueden cambiar).

Y lo contrario: ¿qué es lo que evitas hacer con tu persona amada ya que no le beneficia en nada?:
  • Ser condescendiente, justificarla en todo, demostrar ceguera ante sus errores.
  • Ser muy exigente, ser inflexible con ella, menospreciarla, ningunearla. 

      He oído a alguien afirmar: “Quererse así es ser muy egoísta.” No hay que confundir el quererse con ser egoísta. ¡Claro que nos tenemos que amar! Amar con pasión, con ganas, con entrega, con confianza. Todo ser vivo se quiere. Genéticamente, estamos predispuestos a querernos muchísimo sólo que, culturalmente, le venimos llamando “instinto de supervivencia”. Bien, pues si nos tenemos que poner así: activemos nuestro instinto para sobrevivir.

¡Vive con plenitud! Expresa tu amor por el ser que eres. Es el único romance que te va a abrir todas las puertas. La historia de amor más hermosa. Y, además, es para toda la Vida. 

No hay comentarios: